miércoles, 25 de febrero de 2015

ETERNO SEPTIEMBRE



Prefacio                  

Este manuscrito, lo diré de mano, es falso. Se trata casi con seguridad de una falacia más de la propaganda neoconservadora, como el pavo de plástico que el Presidente Bush compartió sus soldados de Iraq el día de acción de gracias del 2003, o el arriesgado rescate en tierra enemiga de la soldado Jessica Lynch... ¡de las blancas tibias sábanas de un aceptable hospital! El bloc de notas forma parte de los objetos que expondrá el Memorial a las víctimas del 11 de septiembre que se prepara en un centro de negocios inmediato a las ex-Torres, muy visible porque no hace un mes que lo han recubierto de una cúpula en verde fosforito. En general, aquella quincallería sensiblera, hasta hoy solo accesible a la prensa, nos causó a los chicos una lastimosa impresión ¡que más frustrante para el que se acerca a compartir una plegaria en la Zona Cero, que la contemplación de aquellas almohadillas de terciopelo rojo con chamuscados en forma de corazón!

martes, 10 de febrero de 2015

Primeras páginas de La Coruña, 1936

LA CORUÑA, 1936




-1-
            Me llegaron voces a través del suelo de tablones de mi despacho, que es el techo del negocio del bajo, Sastrería Solymar. Aparté el archivador, pegué la oreja al suelo estilo sioux y me dispuse a escuchar por el agujero de carcoma. Juan, el sastre, negaba que en el primero existiera un abogado; sin duda le parecía sospechoso que yo pudiera tener un cliente. Debí sentirme ofendido porque no soy un mal matrimonialista; pero mi único pensamiento fue, si sería mejor saltar al patio trasero o si me torcería el tobillo como la otra vez. Bah, ¿qué importancia puede tener el que yo haya exhibido un llavero del Partido Socialista Popular durante unas diligencias en comisaría? Ninguna. Dicen que ahora en noviembre de 1972, con Franco a punto de diñarla, estas cosas están medio permitidas. Es más, mis ojos están puestos en un póster del Guernica que tengo en la pared ¡y no soy el único en La Coruña! Lo peor fue que a la hora de los vinos presumí de mi heroicidad en el Bar la Bombilla. Alardear no.

PRÓLOGO de la novela SEBASTIÁN DE OCAMPO.

PRÓLOGO

 

            En la Edad Media la alta tecnología venía de Oriente. El comercio, basado en especias (clavo, nuez moscada, pimienta) y sedas, pero también en brújulas y pólvora, confluía en Constantinopla tras su paso, bien por el Índico egipcio, bien por la ruta caravanera asiática. De allí se distribuía a toda Europa. Es bien conocido el efecto de oscuridad total, de apagón, que produjo la caída de Constantinopla en poder de los turcos en 1453 y el subsiguiente cierre de fronteras. ¿Y ahora que? se preguntaron las opulentas flotas de Génova y Venecia, asiduas visitantes del Cuerno de oro. Si no se podía comerciar a través del Asía Menor, la solución elemental era alcanzar las costas indias y chinas dando el rodeo por África y en ello se empeñaron los portugueses que tenían la suerte de estar situados en primera fila de la nueva ruta, igual que antes lo había estado Venecia. Sucesivas bases de apoyo naval en Bojador, Guinea y cabo de Buena Esperanza, fueron acercándoles al objetivo.

domingo, 1 de febrero de 2015

LA ÚLTIMA PENA, LA ÚLTIMA



            Esta mañana estoy sentado en mi bohardilla, junto a la puerta abierta, con un paño mojado en las sienes, escribiendo en mi cuaderno. Una leve corriente con olor a col hervida, apenas alivia la resaca de la cena en el Café de l´Opera. Ayer, 10 de julio de 1852, me jubilé con una función de Otelo. En cuanto terminó, los confrates de la Fraternidad Libre de Artistas, salimos cogidos de las manos, indiferentes a las carcajadas de los juerguistas de noche de sábado, que resonaban en las arcadas del Palais Royal. Al llegar a la altura del nº 8, el Responsable, se giró en dirección a cierta pared, en la que existe un friso de mármol amarillo, con un buey en relieve, vestido de señora antigua. Allí me dieron la noticia de que habían pensado en Le Boeuf á la Mode para el banquete de mi despedida, ya que, el establecimiento que está debajo del buey vuelve a ser restaurante y no de los peores. Miré a mi alrededor, muy desalentado al ver las sonrisas, que alargaban hasta el infinito los bigotes en cuerno de toro de mis hermanos. Amados, les dije, me veo en la obligación de declinar el gran honor que me hacéis a causa de algo que me pasó hace mucho tiempo. Como parece que tengo cierta gracia, lo tuve que contar. Quiero dejar claro que fue el Responsable quien me ordenó novelarlo por escrito, para su publicación en La Barricada. Pues bien, el asunto no tuvo ninguna gracia.

NELO, ÁNGEL DE LA DESTRUCCIÓN


-NELO, ÁNGEL DE LA DESTRUCCIÓN-

       
     
         Existen diversas razones para matar a Dios. Que no se crea en él, que sea perjudicial para los negocios, que se proponga su suplantación por otro más puro y flamígero. El deicida encontrará siempre más de un buen motivo. Por añadidura, tendrá un buen corro de seguidores. Pero yo no consigo recordar ningún motivo elevado que me haya empujado a cometer tamaña barbaridad. Lo único malo que podría decir de Miguel Ángel es que su última Piedad parece una raspa de sardina. Pero de eso a suprimir al florentino sólo para poder acostarme con mi mujer, existe una gran diferencia. Debo confesar que me tenía harto el voto de castidad que imponía a sus discípulos. Sobre todo porque, una vez que se aclararon los hechos, deduje que, a los únicos a los que se aplicaba, era a Vicenta y a mí. La expresión completa era “convertiros en campeones de castidad, amigos míos”. Hoy mismo estaba dispuesto a acabar con aquella situación. “¡Vicenta di Jacopo!”, exclamé para mis adentros. “¡Espero encontrarte sola en casa!”